Jürgen Schuldt
La República 07 de julio de 2011
Los sonoros autobombos que sobre sus éxitos acostumbra emitir el gobierno, se desvanecen cuando uno observa la cantidad de ciudadanos que migraron al extranjero durante la presente gestión. Nada menos que 1’153.000 peruanos buscaron refugios más promisorios en otros países durante el quinquenio 2006-2010, casi el doble de los 580.000 que se fueron durante el periodo 2001-2005. Incluso, durante los cinco peores años de la hiperinflación y el terrorismo (1989-1993) emigraron “apenas” 290.000. De manera que algo no anduvo bien durante el presente régimen.
Por lo demás, como muchos de los que migraron son pobres o pobres extremos, las cifras sobre la reducción de la pobreza no se deben solo a las políticas del gobierno y a los excelentes precios de nuestras exportaciones, sino también al sacrificio de los propios migrantes. Como es sabido el gobierno se atribuye la hazaña de haber reducido la pobreza en más de trece puntos porcentuales, del 44,5% en 2006 al 31,3% en 2010. ¿Cuánto de esa reducción se debe a los migrantes? Cifras del INEI nos permiten un cálculo aproximado, tanto del número de migrantes pobres que salieron, como tomando en cuenta el impacto económico que ejercieron las remisiones que reciben las familias de los peruanos que viven en el extranjero, que hoy en día rebasarían los tres millones (84,0% son personal no calificado).
¿Pobres que se fueron? Obviamente no todos los migrantes pertenecen a los estratos altos, en que los del ‘A’ representan el 13% y del ‘B’ un 13,5%, mientras que los del ‘C’ equivalen al 27,4%, del ‘D’ son 25,4% y del ‘E’ 20,7%. Consideramos que los pobres que migran provienen de los estratos ‘D’ y ‘E’, así como de la mitad del estrato ‘C’, con lo que todos los migrantes pobres representarían 59,8% del total de migrantes. ¿En cuánto contribuyeron a la reducción de la pobreza? De ahí que, del total de migrantes, 701.000 fueron pobres los que emigraron durante el quinquenio; es decir, el equivalente al 21,2% de la disminución total de pobres en ese periodo que fue de 3,3 millones. De manera que la mera disminución del número de residentes pobres en el país disminuyó la pobreza en 2,4 puntos porcentuales. En otras palabras, si no hubiesen migrado, en el año 2010 la pobreza no sería 31,3% sino 33,7%.
De otra parte, tomando en cuenta las divisas que enviaron a sus familiares (10,4% del total de hogares), tenemos otro factor que contribuyó notablemente a reducir la pobreza. Durante el quinquenio transcurrido llegaron US$ 11,2 millones por remisiones o un promedio anual de US$ 2,24’. Lo que permitió que una gran cantidad de pobres superaran la línea crítica, permitiéndoles gastar bastante más –así como a los no pobres– en alimentos, en educación y en salud, así como en la formación de MYPES. Lo que, por el efecto multiplicador, permitió incrementar la demanda efectiva en unos US$ 10 millones por año. Ese flujo, que equivale a un 9% promedio del PBI, contribuyó a incrementar la tasa de crecimiento económico anual en un cuarto de punto porcentual y, con ello, a reducir la pobreza en tres cuartos de punto. Lo que quiere decir que, solo por este factor, la pobreza disminuyó en 3,1 puntos porcentuales en el quinquenio.
Sumando ambos factores tendríamos que, de no ser por la masiva emigración, la pobreza no habría disminuido de 44,5% a 31,3%, sino únicamente a 37%. Sin duda el tema aquí tratado es mucho más complejo que estas burdas sumas y restas realizadas sobre la base de datos y métodos muy endebles, pero los resultados son una buena primera aproximación a un tema que requiere más atención y, por eso mismo, más estudios empíricos.
Fuente de los datos (elaboración propia): Perú – Remesas y Desarrollo. Lima: INEI y OIM, diciembre 2010 (www.oimlima.org.pe/docs/remesas.pdf).
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